

1. Lavar el pelo a diario va a contribuir a resecar el cuero cabelludo, que reaccionará segregando más grasas para intentar contrarrestar esta sequedad. Es la pescadilla que se muerde la cola y hay que intentar romper este círculo vicioso. Cuanto más tiempo tardes entre lavado y lavado, más tiempo te durará limpio.
2. Cambia fundas de almohada a diario y lava los peines y cepillos con agua y jabón después de usarlos. Así te aseguras de que tu cabello no va a estar en contacto con restos de grasa.
3. Lleva una dieta baja en grasas e intenta no estresarte. Seguro que este es el punto más difícil de conseguir, pero hay que intentarlo por el bien de tu pelo.
4. Toca tu pelo lo mínimo posible, ya que a tocarlo estás estimulando la producción de grasa y también estás repartiendo la grasa de tus manos por el pelo.
5. Un cepillado ligero antes de dormir eliminará el polvo que haya podido depositarse durante el día, lo que contribuye a mantenerlo limpio, pero trata de cepillarlo evitando dar tirones en las raíces, que estimulan la producción de grasa. Por esta misma razón es mejor que solo al levantarte, vuelvas a cepillar el pelo, y ya no más veces en el resto del día.
6. Intenta mantener el pelo retirado de la piel de la cara, ya que la grasa de la cara va a pasar al pelo. Si tienes flequillo, intenta que la piel de tu cara esté lo menos grasa posible. Tal vez tengas que lavar el flequillo cada vez que te laves la cara; no es lo ideal, pero esto siempre será mejor que tener que lavar toda la cabeza a diario.
Un truco para mantener el flequillo limpio puede ser usar en esta zona, un champú en seco, o añadir un poquito de talco al peine, pasarlo por el flequillo para que absorba la grasa, y luego cepillar para eliminar el talco. Así nos aguantará limpio uno o dos días más.
7. Lava tu cabello 2 veces en cada lavado. Una primera mano de champú para retirar la suciedad en exceso, y una segunda mano para lavar en profundidad tu cabello. Es importante que no frotes en exceso tu cuero cabelludo para no estimular la producción de grasa. No hace falta masajear tanto para que quede completamente limpio. Tampoco debes masajear el champú sobre la melena, ya que lo único que consigues es que la melena se reseque. La melena no tiene grasa que tengas que eliminar, solo resto de polvo, que va a desaparecer solo con la espuma y el agua que caen.
8. Lava tu cabello alternado dos tipos de champú, uno purificante y otro específico para pelo graso (mejor si no contiene siliconas).
Empieza los primeros días usando el champú purificante, que eliminará los restos de siliconas que tienen la mayoría del los productos para el pelo, y que se acumulan en el cabello envolviéndolo en una película impermeable parecida a un plástico. Estas siliconas dejan el pelo brillante, suave y manejable, pero al acumularse, hace que se vea más apelmazado y dure menos tiempo limpio. A veces incluso podemos llegar a ver nuestras raíces pegajosas con el cabello recién lavado.
9. Lava el pelo con agua tibia y fría en el último aclarado. Añade al agua del último aclarado un chorrito de vinagre. En algunos supermercados tienes un preparado de vinagre para el pelo que no huele a ensalada, pero puedes usar otro vinagre. Mantendrá el pelo limpio más tiempo y le dará un extra de brillo.
10. Seca el pelo al aire libre o usa el secador con el aire templado. No acerques fuentes de calor a las raíces del pelo, porque el calor estimula la producción de grasa. Si lo haces en un momento puntual, al menos enfría el cuero cabelludo con aire frío después.
Espero que les haya gustado y les haya sido de ayuda hasta la proxima.
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